la dualidad de la existencia moderna
Envuelta en un silencio visual, con los ojos vendados por una tela de la que brotan flores. Estas flores, suaves y vibrantes, no solo cubren sus ojos, sino que también florecen a lo largo de su cuerpo, envolviéndola en una naturaleza que contrasta con la frialdad del dispositivo en sus manos.
A pesar de su ceguera, la mujer sostiene un celular, como si el brillo de la pantalla pudiera guiarla en un mundo donde lo tangible parece desvanecerse. Las flores que emergen de su venda simbolizan una visión interna, un recordatorio de la belleza y la vida que habita en su interior, aunque sus ojos estén cubiertos por las ilusiones del mundo exterior.
El móvil, en este contexto, representa la conexión con un universo digital que parece ofrecer respuestas, pero que al mismo tiempo la mantiene alejada de la auténtica realidad. La venda floral es tanto un adorno como una barrera, ocultando su visión mientras embellece su ceguera.
Este retrato es un reflejo poético de la dualidad de la existencia moderna: la desconexión del mundo real y la obsesión con las imágenes digitales que, aunque llenas de color y vida, nunca podrán reemplazar la verdadera esencia que florece en el interior.