La luz del atardecer acaricia su piel
La luz del atardecer acaricia su piel, revelando un mapa de historias tatuadas con tinta y coraje.
Su mirada se pierde en la distancia, como si buscara respuestas entre los últimos rayos dorados del día.
No se esconde: se ofrece al sol como es, sin máscaras, sin miedo.
Entre sombras y reflejos, su silueta es libertad, arte y fuego contenido.
Ella no observa el atardecer… lo convierte en eternidad.
Su mirada se pierde en la distancia, como si buscara respuestas entre los últimos rayos dorados del día.
No se esconde: se ofrece al sol como es, sin máscaras, sin miedo.
Entre sombras y reflejos, su silueta es libertad, arte y fuego contenido.
Ella no observa el atardecer… lo convierte en eternidad.







